Nombre científico: Thunnus thynnus (y especies afines)
Depredador migrador de aguas abiertas que necesita recorrer enormes distancias en mar abierto.
Cómo es Atún rojo en su entorno natural, con las aguas, refugios y recursos que necesita.
El atún rojo es un símbolo tanto de la potencia de los grandes peces pelágicos como de los retos de gestionar pesquerías sostenibles.
Recorre grandes extensiones de océano, alternando zonas de alimentación ricas en peces con áreas específicas de reproducción.
Forma bancos y realiza migraciones largas entre el Atlántico y el Mediterráneo, o entre distintas cuencas oceánicas.
Su musculatura y sistema circulatorio le permiten nadar a gran velocidad y soportar largas travesías.
Ha sufrido sobrepesca intensa; gracias a medidas de gestión, algunas poblaciones muestran signos de recuperación, pero sigue muy vigilado.
Detalles llamativos sobre Atún rojo que ayudan a comprender mejor su biología y su papel en los ecosistemas acuáticos.
Resumen de los puntos más críticos si Atún rojo se mantiene en acuarios, estanques o instalaciones especializadas.
No es un pez adecuado para acuarios; su mantenimiento se limita a instalaciones de engorde y a proyectos de acuicultura en mar abierto.
Necesita nadar constantemente y requiere enormes espacios para un comportamiento mínimamente natural.
El estrés de captura y confinamiento puede afectar seriamente a su bienestar.
Información general pensada para instalaciones profesionales, acuarios públicos y proyectos educativos. No pretende fomentar la captura ni la tenencia impulsiva de fauna acuática.
Los esfuerzos deberían centrarse en mejorar la sostenibilidad de la pesquería y las condiciones en las granjas de engorde.
Como especie emblemática, se usa en educación para hablar de consumo responsable de productos del mar.
Los proyectos de seguimiento satelital ayudan a entender mejor sus rutas y áreas clave.
A nivel de exhibición, se recurre a modelos, vídeos y realidad aumentada en lugar de tener ejemplares vivos en acuarios.
Muchas especies acuáticas sufren por capturas masivas, comercio sin control y liberaciones irresponsables. La prioridad siempre debe ser proteger ríos, lagos y mares, reducir la contaminación y consumir productos del mar de forma responsable.