Pez betta
Nombre científico: Betta splendens
Pez siamés luchador, vistoso y territorial, ideal para acuarios individuales.
Ficha rápida
- Tamaño aproximado 5–7 cm
- Peso medio 3–4 g
- Esperanza de vida 2–4 años (cautividad)
- Actividad Principalmente diurna
Nombre científico: Betta splendens
Pez siamés luchador, vistoso y territorial, ideal para acuarios individuales.
Cómo es el pez betta en su entorno natural, antes de convertirse en pez de acuario.
El betta procede de aguas dulces del sudeste asiático, especialmente arrozales, canales y charcas de Tailandia, Camboya y Vietnam. Es un pez laberíntido, capaz de respirar aire atmosférico además de usar sus branquias.
En libertad vive en aguas poco profundas, con vegetación densa y corriente casi inexistente. El agua suele ser cálida, ligeramente ácida y cargada de materia orgánica procedente de hojas y raíces.
Los machos son territoriales y defienden pequeñas zonas donde construyen nidos de burbujas. Las hembras pueden realizar pequeños grupos, pero también buscan refugio entre plantas y raíces.
Las poblaciones salvajes se ven afectadas por la pérdida de hábitat y la contaminación de las aguas. Las variedades de acuario proceden en su mayoría de líneas de cría selectiva, muy distintas a los bettas silvestres.
Detalles curiosos sobre el comportamiento y la biología del pez betta.
Aspectos clave para garantizar el bienestar del pez betta en acuarios domésticos responsables.
Aunque pueda sobrevivir en poco volumen, necesita acuarios de tamaño adecuado para nadar y mantener parámetros estables. Las típicas “peceras de bola” no son apropiadas.
Es un pez tropical: requiere agua templada y limpia, con filtración suave. El agua fría o sin filtración adecuada acorta mucho su esperanza de vida.
Los machos no deben convivir juntos. La convivencia con otras especies requiere acuarios grandes y compañeros tranquilos que no dañen sus aletas.
Recomendaciones generales para su mantenimiento responsable. No sustituye el asesoramiento de especialistas ni la normativa local.
Puede serlo si se respetan sus necesidades reales de espacio, temperatura y filtración. No lo es si se pretende mantenerlo en recipientes diminutos sin filtro ni calentador.
Un betta sano muestra curiosidad, abre sus aletas y come con ganas. Letargo extremo, aletas pegadas o dificultades para nadar son señales de que algo no va bien.
Valora siempre si puedes ofrecerle varios años de cuidados. Si no es el caso, es mejor no adquirirlo y disfrutar de la especie a través de material divulgativo y proyectos de conservación.