Condenado por tener decenas de animales exóticos peligrosos en su casa y traficar con ellos
El Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas ha dictado una sentencia de conformidad contra un vecino de Agüimes que mantenía en su casa una auténtica colección de fauna exótica y peligrosa sin disponer de permisos ni instalaciones adecuadas. El acusado ha aceptado una pena total de dos años de prisión por un delito contra la fauna, al tener en su vivienda animales de procedencia no acreditada y, en muchos casos, potencialmente peligrosos, y por otro delito de tráfico ilegal de especies protegidas.
La investigación se originó a finales de 2021, cuando agentes del Seprona registraron la vivienda del acusado en Agüimes. Allí encontraron 46 ejemplares entre reptiles, anfibios y otros animales exóticos, además de numerosas cucarachas de cría y alrededor de doscientos roedores utilizados presumiblemente como alimento. La casa, una vivienda unifamiliar sin medidas especiales, no contaba con los terrarios de seguridad ni con las barreras necesarias para evitar fugas o accidentes.
Entre los animales intervenidos figuraban especies tan delicadas como una tortuga mordedora aligátor, varios tipos de varanos, un monstruo de Gila, un lagarto cocodrilo chino, dos caimanes de Cuvier, un cocodrilo enano africano y diferentes serpientes venenosas y constrictoras. La lista incluía cobras de distintas especies, víboras, serpientes de cascabel, pitones reticuladas y dragones barbudos, animales que requieren instalaciones de alta seguridad y un manejo profesional para garantizar tanto su bienestar como la seguridad del vecindario.
La sentencia también alcanza a un segundo acusado, residente en Güímar (Tenerife), que fue condenado a una multa por vender al primero una iguana cornuda a principios de 2022. Se trata de una especie considerada tóxica e invasora, cuya comercialización está prohibida por la normativa de protección de la biodiversidad. Ese intercambio fue uno de los elementos que ayudó a acreditar el tráfico ilegal de fauna entre ambos.
Además de las penas de prisión y multa, el fallo inhabilita a los dos condenados para ejercer profesiones u oficios relacionados con animales durante varios años. El caso pone de relieve los riesgos de convertir un domicilio particular en un “zoo” de especies exóticas sin control: no solo se vulnera la normativa sobre fauna protegida, sino que se expone a los propios vecinos a accidentes con animales venenosos o de gran tamaño. Desde aquí insistimos en que la tenencia de este tipo de especies debe quedar en manos de centros especializados y nunca en colecciones privadas improvisadas.